Gárgolas insomnes

Febrero 8 de 2006

A partir del arribo de su actual dirección, Radio Educación transmite programas de otras emisoras durante más de ocho horas a la semana. Se trata de producciones extranjeras en el caso de la programación habitual, y producciones nacionales, pero también ajenas, en el caso de emisiones esporádicas (Así asesinaron a Trotsky, por ejemplo, de Radio Universidad). Radio Educación ahora es repetidora de la British Broadcasting Corporation (BBC), Radio Francia Internacional (RFI), Radio Nederland, de Holanda, Radio Canadá Internacional y Radio Nacional de España. De lunes a viernes, la invasión comienza con un noticiero de RFI a las 12.00 del día y el programa Enlace de la BBC a las 12.30. Luego del noticiario Pulso de la tarde, vuelve la BBC con el programa Enfoque. Hasta allí son tres programas de media hora cada uno que ocupan siete horas y media a la semana. Los martes a las 21.00 horas sale al aire un curso de francés, de RFI. Los sábados a las 11.00 del día es emitida la cápsula Canadá a la carta, de Radio Canadá Internacional, y a las 15.00 horas el programa Hispanorama, de Radio Nacional de España, que dura ocho minutos. Los domingos a las 15.00 horas, después de Pulso dominical, se transmite el programa Voces, que es una producción de Radio Nederland y dura casi media hora.

Durante estas ocho horas es posible transmitir 16 programas semanales de media hora cada uno, como producciones propias, o dos programas diarios (de lunes a viernes) de media hora cada uno, y tres programas de una hora a la semana (sábados y domingos), o dos programas diarios y seis semanales de media hora cada uno... En fin. El tiempo que Radio Educación dedica a repetir programas de otras emisoras es suficiente para cubrir el vacío de seis horas a la semana que dejó Del campo y de la ciudad (con algo diferente, por supuesto) y restituir Piel de asfalto, Cachivaches y Cada chango a su mecate, además de crear una nueva serie que dure media hora a la semana. Las ocho horas de invasión alcanzan para una barra nocturna de lunes a sábado que ocupe la última hora del día, y cuatro programas más de media hora a la semana o dos programas de una hora cada uno.

El público aplaudiría de pie si, en vez del refrito cosmopolita (bastante malo, además), Radio Educación retransmitiera sus mejores trabajos, y más todavía si creara programas nuevos con la misma o una mayor calidad. ¿Qué tal una serie de lectura y música en torno al erotismo, por ejemplo? ¿Sería mucho pedir una hora de poesía a la semana? ¿Qué tal un programa sobre la historia del blues o el "canto nuevo"? ¿Qué tal una serie dedicada a los vampiros en la literatura y el cine, sus mitos y leyendas? ¿Por qué no una radionovela, como en los mejores momentos de Radio Educación? ¿Por qué no adaptar Oficio de tinieblas o La muerte de Artemio Cruz? ¿Qué tal un capítulo para cada uno de los relatos de El llano en llamas? ¿Qué hace falta? Si la directora de la estación gana más de 80 mil pesos al mes, descontando lo que paga de impuestos, no será dinero lo que falte. ¿Falta inventiva o creatividad para producir acaso una parodia de la actualidad política en el mundo, que nos haga reír por lo menos quince minutos a la semana? Quizás lo que falta es una elección democrática de nuevas "autoridades" y la posibilidad de removerlas; quizás falta un mecanismo de participación del público en el diseño de la programación.

A principios de 2001, la entonces nueva dirección de la emisora lanzó una convocatoria abierta y recibió 211 proyectos, de los cuales aprobó nueve, si no mal recuerdo, para que finalmente ninguno durara más de tres meses. La llamarada de petate defraudó tanto a los participantes como al público, porque además uno de los criterios de selección consistió en que los proyectos fueran "internos", es decir, presentados por trabajadores de la estación (gremialismo), o contaran con financiamiento externo. De ahí la aprobación, por ejemplo, de un programa horrible desde el nombre, Política de banqueta, que llegó con financiamiento del IFE, y de ahí que haya quedado fuera un proyecto llamado Testimonios -de reportajes vívidos con grabaciones de campo- que sigue siendo inconcebible para quienes optan por un periodismo neurótico, pero importado.

[] Iván Rincón 3:24 AM

Febrero 1 de 2006

Bush y el efecto bumerang

"Terroristas como Bin Laden son serios sobre el asesinato masivo, y todos nosotros tenemos que tomar en serio sus intenciones declaradas", señaló George Wacala Bush en su informe, y agregó que este enemigo quiere imponer "el control totalitario a través de Medio Oriente, y armarse con las armas de asesinato masivo. Su meta es tomar el poder en Irak y usarlo como un puerto de refugio para lanzar ataques contra Estados Unidos y el mundo".

¡Por eso debemos imponer nuestro control a través de Medio Oriente y usar nuestras armas de asesinato masivo, tomar el poder en Irak y usarlo como un puerto de refugio para lanzar ataques contra el mundo! ¡En serio!

"A falta de la fuerza militar para desafiarnos directamente, los terroristas han optado por el arma del temor".

¡Por eso hay que hacer que teman a nuestra fuerza militar!

Bush informó: "nuestra nación está comprometida con una meta histórica de largo plazo; buscamos el fin de la tiranía en el mundo... la seguridad futura de Estados Unidos depende de ello".

¡Buscamos el fin de la seguridad en el mundo! ¡La tiranía futura de Estados Unidos depende de ello!

Para Bush, "la única manera de derrotar a los terroristas es derrotar su oscura visión de odio y temor al ofrecer la alternativa esperanzadora de libertad política y cambio pacífico".

¡Hay que hacer triunfar nuestra oscura visión de odio y temor al ofrecer la alternativa esperanzadora de libertad política
-restringida incluso en nuestro país con el totalitarismo- y cambio pacífico impuesto con la guerra! ¡Es preferible el odio y temor a los terroristas serios como Bin Laden!

Según Bush, "la única alternativa al liderazgo estadunidense es un mundo dramáticamente más peligroso y ansioso", o sea, mejor un mundo peligroso y ansioso bajo el liderazgo estadunidense.

¿Alguien dijo Orwell?

[] Iván Rincón 11:37 PM

Enero 24 de 2006

Comenzó a circular -¡por fin!- el número de Tierra Adentro dedicado a la radio en México. A mediados de noviembre, Radio Educación publicó una entrevista que Emilio Ebergenyi concedió a Alejandro García Vicente -productor del programa Voces interiores-, y unos días después, Hilda Saray leyó al aire fragmentos de esa entrevista, según la versión editada por Tierra Adentro. Finalmente, a dos meses de haberla escuchado he podido comprar un ejemplar del número doble que la reproduce y leer, de entrada, el texto que el mismo Ebergenyi escribió en forma de guión radiofónico y tituló "Soñar la radio". Un bello texto, sin duda, que habla sobre la evolución de la radio como aparato receptor, la carrera del "asiduo radioescucha", el oficio de la locución y la relación con el público.

Y aunque ya conocía la entrevista, primero con la voz del propio Emilio y después con la de Hilda, también la he leído. En la versión grabada, Emilio califica a los políticos en general como una "clase parasitaria", lo cual fue suprimido de la versión impresa. Emilio se refiere a la muerte de su padre y la forma en que lo impactó ese hecho; palabras más o menos, dice que hay que ser buenos padres para que no haya por ahí "tanto hijo de la chingada", lo cual quedó fuera de la versión editada. Emilio platica sobre la natación, un deporte que no desgasta las articulaciones y, por el contrario, es "muy sensual", pero en la versión impresa... nada. En la entrevista, Emilio habla de fútbol y otras cosas que tampoco reproduce Tierra Adentro.

Por lo demás, representan un recreo las fotos que acompañan a la entrevista, fotos de lo más actorales en algunos casos, que muestran un rostro inclusive maquillado, bien parecido y muy joven, de mirada arrogante, así como la naturalidad de la risa y el "rostro magro" en el otro extremo, que muestran al hombre maduro en un caso y al hombre enfermo en el último de los casos.

Más allá del contenido, la realización de esta entrevista poco antes del deceso de Emilio parece una coincidencia premonitoria, una oportuna previsión, más que una revisión casual, aunque aquí el entrevistado tiene la honestidad de reconocer su franco declive y calcula que nada le garantiza cumplir el deseo de salir "con los tenis por delante". Lo seguro a estas alturas del homenaje es que Emilio Ebergenyi tiene algo en común con Marilyn Monroe, James Dean o Pedro Infante, a saber, que su temprana muerte lo inmortalizó, se adelantó a la decadencia y legó a la memoria colectiva una voz espléndida, privilegiada, así como un estilo personal de locución que rompió con los cánones clásicos del locutor solemne y pedante de voz engolada, al optar por la ocurrencia y la chacota, el humorismo ágil, ingenioso, la irreverencia y el desenfado, hasta exagerar la nota y caer incluso en el dislate.

"No puede haber decadencia donde nunca hubo esplendor", dice Jaime López, y yo agregaría que tampoco puede haberla donde la muerte se adelanta y nos hace un favor, un caro favor.

Así como Radio Educación inauguró con el arribo de Emilio Ebergenyi hace tres décadas ese estilo de locución irreverente y antisolemne, la misma emisora inaugura con su pérdida la proliferación de locutores gangosos y tarados, que apenas pueden hablar y articular una frase o una idea.

En fin. Salió a la venta por fin y será presentado hoy en Bellas Artes el número de Tierra Adentro dedicado a la radio en México, a cien años de su invención. Ilustrada sobre todo con fotos y dibujos de aparatos antiguos, la revista contiene además un divertido texto de Eduardo Casar (tan orate como siempre) sobre su paso por la radio, un apasionado vistazo de Marta Romo a su propia carrera en la radio para niños, un ameno recorrido a vuelo de pájaro sobre tres décadas de matrimonio entre la radio y el cine en México, por Gustavo García, un documentado artículo de Cecilia Lemberger sobre La guerra de los mundos, aquella legendaria dramatización escrita en forma de boletines de prensa que generó un fenómeno de pánico masivo en Nueva Jersey y ahora es lugar común... entre otros textos interesantes y algunos que no vale la pena mencionar.

(La lectura del trabajo de Marta Romo, por cierto, me recordó la pelea que dimos algunos en defensa de Radio Rin, una pelea perdida de antemano en la que -acaso por eso- brilló por su ausencia Marta Romo).

Ya habrá oportunidad de platicar con Alberto Cue y Epigmenio León una noche de chelas, pero como no volveré a beber en un año o dos, quizás para entonces Tierra Adentro haya publicado un texto mío y el tema de la charla sea otro; quizás el "director huésped" no sea un personaje nefasto como Eraclio Zepeda y la distribución tarde menos de dos meses... Vaya usted a saber.

[] Iván Rincón 3:06 AM

Enero 20 de 2006

Ahora que Fem ha dejado de circular, veo que amazon.com reproduce y traduce al inglés cuatro artículos míos que publicó hace más de cinco años la revista. Se trata de un reportaje basado en testimonios zapatistas y una bibliografía comentada sobre las mujeres en Chiapas, un ensayo sobre el mito del matriarcado en Juchitán y un reportaje más sobre Loxicha. Como hay que pagar para leer completo cualquiera de estos textos y el sitio web de Fem no cuenta con un archivo, los publicaré aquí y sus enlaces estarán más adelante en la columna derecha.

También Triple Jornada ha dicho adiós, por cierto, como lo hizo en su momento Fempress. Por lo visto, el "periodismo con perspectiva de género" está en camino de ser gloria pretérita.

[] Iván Rincón 1:01 AM

Enero 8 de 2006

Hasta siempre, comandanta.

No cabía por más tiempo alma tan grande como la tuya en un cuerpo tan pequeño, así que lo abandonó para seguir su paso inexorable al Olontic, de donde volverá y envolverá los tímidos recuerdos con el cálido aliento de su voz rebelde. Subiste a las nubes que bajan a los Altos fríos de Chiapas y, ligera como un ángel moreno, te fuiste con ellas a urdir el alba, otros días y más noches y madrugadas. Subiste a bordo y bordeaste la montaña, y bordaste el camino con hilos de sangre hasta cubrirlo de rojo, rojo floreado como el pecho de las mujeres que visten huipil y enagua. En agua dulce derrama un llanto salado esta prosa amarga. La hebra de tu vida fue muy corta, pero alcanzó para ser ejemplo y pasar de las palabras a los hechos, de la urdimbre al estambre, del telar a la tela, del bordado al corazón y del borde al centro del país y las entrañas de la Madre Tierra; el discurso termina donde comienza la acción. Laboratorio de esperanza: labor de aguja que teje flores aladas y trama levantamientos en armas; es hora de levantar el vuelo.

[] Iván Rincón 4:42 AM

Enero 2 de 2006

Esa casa que resiste de pie, como atalaya de concreto, el paso del tiempo a través de sus ventanas rotas y sus paredes húmedas y agrietadas, en realidad es tan frágil que podría venirse abajo si alguien azotara alguna de sus puertas, pero éstas están tan viejas que sus goznes han dejado de girar, el herraje articulado está oxidado, tiene artritis, las bisagras desprenden un lúgubre rechinido. Esa casa poblada de vacío, a pesar de su aspecto de cementerio, parece tener vida y detener las horas y los años y contener el aliento. Su estilo gótico es tan introspectivo que adentro podrían vivir las gárgolas que faltan afuera.

-¿Y te gusta?

-No lo sé, pero me basta con verla para imaginar el eterno aburrimiento de unos fantasmas que no tienen a quién espantar, y el polvo acumulado y los velos tramados por las arañas en los rincones, como huella del olvido, y el cuento dormido bajo el polvo y el laberinto arácnido, y el eco de la voz que nadie oye del niño que soñó con ese cuento hace más de un siglo, pero un día perdió la cuenta de los días y las noches y del cuento. Me basta con verla para distinguir entre las sombras que se despliegan a la luz del plenilunio la de un gato que murió de soledad en la azotea.

-¿Y te gusta?

-No lo sé. Quizás me inspira para ser de nuevo una racha de viento y hacer volar por el aire a las hojas muertas en otoño y alfombrar con ellas el invierno. Quizás me inspira ser de nuevo el mensaje que entró por debajo de la puerta y se quedó esperando a que alguien lo leyera; ese mensaje confundido con el polvo acumulado como huella del olvido al paso del tiempo, entre recibos del agua, de la luz y del gas, del predial y del teléfono. Quizás nunca hubo luz ni gas ni teléfono; sólo agua, predial, penumbra y silencio.

-¿Y te gusta?

-No lo sé. ¿Cómo saberlo?

[] Iván Rincón 3:47 AM